Esto de las elecciones tiene un problema.
Si sólo fuera uno…, dirá alguno de ustedes, pero a lo que vengo en referirme -que dirían los clásicos- es al problema este de que pareciera que en tiempo de elecciones las campañas, al adueñarse de medios y noticias, dejan en segundo plano problemas realmente serios que quedan orillados ante la debacle de descalificaciones mutuas, debates, mítines, entrevistas, fotografías, anuncios, baños de masas, discursos, promesas, máscaras y demás subterfugios políticos y partidistas que tratan de pasar de puntillas por las cuestiones escabrosas para vender una imagen de ser capaz de resolver asuntos pendientes…
Asuntos pendientes… reconozco que poca o nula confianza me dan para la resolución de lo pendiente nuestros partidos. Ninguno de ellos. Unos porque llevan 32 años -que se dice pronto…- sin ser capaces de hacerlo, otros porque tampoco lo han sido desde las instancias que ya controlan, y los demás, porque sus propuestas no es que sean ni especialmente creativas, ni generadoras de esperanzas… más bien me suenan a esa eterna cantinela de querer apagar fuegos con gasolina… como si quisieran poder solucionar problemas creando más aún.
A lo que voy. Me llega esta semana la noticia de una nota de prensa -léanla aquí…- de la Plataforma del Voluntariado Social de Sevilla, que da cuenta de una reunión con la Directora General de Voluntariado de la Junta de Andalucía, Dª Inmaculada Durán, al respecto de las partidas destinadas a Voluntariado en la provincia de Sevilla para el 2014, que se demora aún en entregarse porque, así parece deducirse de dicha nota, se ha perdido.
No queda claro si se ha perdido el dinero -354.000 euros- o no se destina por problemas burocráticos. Lo que sí es claro, es que todos esos fines sociales que doña Susana y el PSOE en general dice defender, que el PP se empeña en recortar, que IU utiliza, y que para otros existe como eslogan o como mera anécdota, son los auténticos perdedores: miles de personas que están necesitando de primera mano esos proyectos de atención que van desde la infancia a los mayores, pasando por la discapacidad, la inmigración, el colectivo sin hogar, las dependencias, o el propio voluntariado -dice la dicha nota de la Plataforma del Voluntariado Social de Sevilla- son los verdaderos problemas que no se atajan, los asuntos pendientes que siguen estándolo, con elecciones o sin ellas.